Cuando Al-Hakam II falleció dejó el trono cordobés a un muchacho de once años sin ninguna experiencia política llamado Hisam.
Desde la entrada de las primeras tropas musulmanas, en el año 711, la península Ibérica había estado casi en su totalidad bajo el dominio islámico.
La expansión musulmana no se frenó con la toma de Constantinopla en 1453.